A Miriam una de nuestras clientes fijas le hicieron las rastas dos amigas: una, la mitad de la cabeza y la otra, el resto. El problema es que ni la una ni la otra sabían hacerlas bien del todo por lo que, cuando vino la primera vez, tenía algunas rastas pero también mucho pelo sin hacer. Además las rastas que había hechas tenían demasiados pelos sueltos. Estas fotos que veis las hicimos durante la tercera visita de Miriam.